LA VOZ DE LAS PIEDRAS
Un álbum familiar
328 págs.
Tusquets, 2024
«En esta arqueología familiar, Nobara Hayakawa despliega preguntas sobre las conexiones entre generaciones, los aprendizajes y terquedades con los que habitamos el mundo y una diversidad de temas (la fotografía, la vocación artística, la búsqueda de sentido) que relampaguean gracias a su escritura empática, llena de curiosidad y fino humor.»
Manuel Kalmanovitz G., en la fajilla roja que se pone para atraer compradores.
Este era el texto original, muy largo para esos fines:
«Nobara Hayakawa ha tomado las mejores fotos de Bogotá que haya visto y acá logró —no sé cómo— que esa misma sensibilidad con el tiempo y el espacio le diera forma a la historia de su familia: una historia de herencias complejas, reconocimientos diferidos, de generaciones de personas con miradas agudas y sensibilidades despiertas. Es también una historia de migración que, gracias al cuidado, la empatía y la capacidad de maravillarse de Nobara, aterriza vívida, emocionante y resonantemente en estas páginas.»
CUANDO LAS PIEDRAS DEJAN DE SER MUDAS
«Me gusta la forma de escribir de Nobara. Me gustaba antes de leer este libro. Sus publicaciones en Instagram son un remanso de lucidez entre tanta palabrería insustancial. Su escritura es cercana. Conecta con mi manera de entender la existencia. Me sorprende su mirada, me conquista su sencillez, admiro su honestidad y tengo con ella conversaciones internas que me llevan a ahondar en preguntas que son a la vez cotidianas y vitales. Porque además de cercana, su escritura es profunda. Mezclando diversos lenguajes, comparte su visión personal sobre la vida y el mundo que la rodea. Nobara es, tal vez a pesar de ella, profundamente filosófica. Y digo a pesar de ella, porque no hay en ningún lugar del libro una postura intelectual, una pose esforzada de pensador. Le sale natural y eso permite que su lector se refleje en sus palabras, se apropie de sus pensamientos.
Dicen que, al nacer, sentimos que somos una prolongación de nuestra madre. Día a día, vamos desprendiéndonos de esa matriz hasta sentirnos únicos. Durante años, nos esforzamos por marcar esa distancia y por acentuar la diferencia que nos hace especiales, una huella digital en un vasto mar de huellas digitales. Posiblemente sea la madurez la que trae la pregunta ¿por qué soy como soy? seguida por ¿de dónde vengo? Comienza entonces una investigación interna que repasa traumas y recuerdos, para desembocar en un análisis microscópico no sólo de la propia persona sino de aquellos que nos abrieron la puerta al mundo y nos enseñaron a navegar en él. En mi caso particular, fue una sorpresa descubrir que, en mí, habita todo un linaje. Cada uno de mis ancestros puso su grano de arena para construir a esa persona que hoy escribe esto. Mis ojos suman miradas y el camino que recorro es un sendero inaugurado generaciones atrás.
A través de la escritura de este libro y siguiendo la pulsión japonesa que late en ella, Nobara inicia el camino del peregrino para llegar al autoconocimiento. Conocer a los otros le permitirá conocerse a sí misma. Cada miembro de su familia es un templo que la espera, un lugar sagrado que resguarda una de sus raíces. Cada templo es invisible y ella debe reconstruirlo, debe aprender a hablar el lenguaje de las piedras, escuchar los recuerdos que, como semillas, vuelan en la cabeza de su madre y que esperan ser sembradas para contar la historia de sus bisabuelos y abuelos, la historia de su madre, la de ella misma y la de su hija. Con dulzura y honestidad, Nobara pinta el retrato de cada uno de sus ancestros, les devuelve su voz y escucha. Poco a poco el árbol se fortalece, las raíces se entrelazan tejiendo la historia apasionante de una familia que se atrevió a romper el molde, a ir más allá de lo permitido, a explorar nuevas formas de existir, a ser congruente con sus deseos y a vivir con apasionada integridad.
Es extraño como la historia de una familia diferente a la mía, conformada en un país que está a veinticuatro horas en avión del mío, me permite entenderme un poco más. Este libro de retratos ajenos es un salón de espejos en el que me veo reflejada una y otra vez. El eco del caracol que escucho al leer las líneas que lo conforman, me trae el sonido de un mar que baña no sólo las costas de las islas familiares de Nobara. Mis islas también están en ese mar. Somos archipiélagos. Podría decirse que nosotros, los humanos, somos todos una gran familia, interconectados por ese océano que es la vida. Con mis ojos, matrioska de otros ojos, sigo las pistas que Nobara deja para construir el retrato de sus ancestros. En ese ejercicio, construyo mi propio retrato y encuentro pistas para dibujar las raíces de mi árbol familiar, no sólo de aquel al que pertenezco gracias a la genética, también al que me corresponde por ser parte de esta especie natural.»
Melibea Garavito Carranza
EL ÁLBUM FAMILIAR
LA EXPOSICIÓN DE LANZAMIENTO
Una exposición como activación de un lanzamiento. Instalación.
Del 15 al 24 de febrero de 2024 en NADA, Bogotá.