Como píldoras de astronauta reuniendo en un pequeño trozo de materia los nutrientes necesarios para sobrevivir una jornada espacial, el taller quiere comprimir en un corto espacio de tiempo una experiencia que pueda acercar a los participantes al tema planteado. Un taller de roscones no lo hace a uno panadero, pero quizás algo empiece uno a entender de los procesos para obtener una masa horneada y comestible.
Bueno, la cosa es que dictaré un taller para la escucha y la producción de sonidos con el cuerpo en el marco de la exposición de arte sonoro que se lleva a cabo por estos días en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, MamBo, curada por el Maestro Mauricio Bejarano. Quizás los visitantes a la muestra, que tiene desde piezas escultóricas con ruidosas alarmas escolares hasta un pantalón de camuflaje con unos cascabeles cosidos al estilo mexicano (la pieza no produce sonido pero la sugerencia que hace es muy buena), se sientan un poco desconcertados porque no van a ver una exposición sino a escucharla, así que se supone que este taller los ayudará a acercarse al asunto del sonido y eventualmente, empezar a entender o apreciar mejor lo que sucede adentro y afuera del museo, así como adentro y afuera de su propio cuerpo.
Veremos cómo nos va. Espero que sea más sabroso que un desayuno de astronauta, así no provea la misma cantidad de nutrientes.
Jueves 16 de septiembre, 2010, a las 4:00p.m.